Un nuevo cosmético sólo es nuevo
en función de la percepción del mercado: si presenta una forma galénica, un
envase o activos de formulación novedosos. De todas formas, la novedad sólo dura
seis meses… un suspiro si tenemos en cuenta todo el trabajo que precede a la
creación de un nuevo producto.
Lo primero es un análisis
detallado de las necesidades tanto del consumidor final como de los prescriptores.
En el caso de los productos de venta en farmacia también tendremos en cuenta
las tendencias en otros canales de venta. Otro de los factores determinantes a
la hora de desarrollar un nuevo cosmético es la filosofía y los objetivos del
laboratorio. Es primordial mantenerse fiel a una línea y a los objetivos
globales de la compañía. En este punto, juegan un papel determinante las
estimaciones comerciales, costos, beneficios, etc. Así pues, entre la lista de
fuentes que utilizamos para crear un nuevo producto están desde los vendedores
de la compañía (quienes están en contacto directo y permanente con los
clientes), hasta los propios consumidores, distribuidores, proveedores u otros
canales no menos importantes (ferias internacionales, publicaciones,
seminarios, etc.)
Una vez el balance es positivo,
empezamos a convertir nuestra idea en un producto físico. En el caso de los
cosmecéuticos elaboramos una formulación a caballo entre un medicamento y un
cosmético. Es decir, la I+D
de cada producto es parecido al de los medicamentos, de hecho se utilizan sus
mismos principios activos. Por ejemplo, en los cosmecéuticos antiaging
utilizamos péptidos de síntesis, activos que alargan la vida celular, células
madre, factores de crecimiento, nanocoloides y nanopartículas, vitaminas en
altas concentraciones o activos que actúan sobre las mitocondrias, entre otros.
Tras la selección y el control de
las materias primas y los activos, la fórmula se desarrolla realizando pruebas
de estabilidad de sus ingredientes y del producto con el envase elegido. Este
periodo dura unos tres meses: El producto se somete a temperaturas extremas
(shock térmico) para asegurarnos de que no sufrirá alteraciones si se
comercializa en países muy cálidos o muy fríos.
Una vez desarrollada la
formulación, realizamos las pruebas de mercado y lo testamos en
diferentes pacientes. Se realizan los tests dérmicos pertinentes para comprobar
que no provocan sensibilidad y también lo prueban médicos y farmacéuticos
quienes nos ayudan a perfilar el producto final. Es entonces cuando ya podemos
fabricarlo a nivel industrial siguiendo los protocolos de fabricación y las
normas GMP de controles pertinentes…
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