lunes, 30 de abril de 2012

¿Cómo se hace un Cosmecéutico?


Un nuevo cosmético sólo es nuevo en función de la percepción del mercado: si presenta una forma galénica, un envase o activos de formulación novedosos. De todas formas, la novedad sólo dura seis meses… un suspiro si tenemos en cuenta todo el trabajo que precede a la creación de un nuevo producto.

Lo primero es un análisis detallado de las necesidades tanto del consumidor final como de los prescriptores. En el caso de los productos de venta en farmacia también tendremos en cuenta las tendencias en otros canales de venta. Otro de los factores determinantes a la hora de desarrollar un nuevo cosmético es la filosofía y los objetivos del laboratorio. Es primordial mantenerse fiel a una línea y a los objetivos globales de la compañía. En este punto, juegan un papel determinante las estimaciones comerciales, costos, beneficios, etc. Así pues, entre la lista de fuentes que utilizamos para crear un nuevo producto están desde los vendedores de la compañía (quienes están en contacto directo y permanente con los clientes), hasta los propios consumidores, distribuidores, proveedores u otros canales no menos importantes (ferias internacionales, publicaciones, seminarios, etc.)

Una vez el balance es positivo, empezamos a convertir nuestra idea en un producto físico. En el caso de los cosmecéuticos elaboramos una formulación a caballo entre un medicamento y un cosmético. Es decir, la I+D de cada producto es parecido al de los medicamentos, de hecho se utilizan sus mismos principios activos. Por ejemplo, en los cosmecéuticos antiaging utilizamos péptidos de síntesis, activos que alargan la vida celular, células madre, factores de crecimiento, nanocoloides y nanopartículas, vitaminas en altas concentraciones o activos que actúan sobre las mitocondrias, entre otros.

Tras la selección y el control de las materias primas y los activos, la fórmula se desarrolla realizando pruebas de estabilidad de sus ingredientes y del producto con el envase elegido. Este periodo dura unos tres meses: El producto se somete a temperaturas extremas (shock térmico) para asegurarnos de que no sufrirá alteraciones si se comercializa en países muy cálidos o muy fríos.

Una vez desarrollada la formulación, realizamos las pruebas de mercado y  lo testamos en diferentes pacientes. Se realizan los tests dérmicos pertinentes para comprobar que no provocan sensibilidad y también lo prueban médicos y farmacéuticos quienes nos ayudan a perfilar el producto final. Es entonces cuando ya podemos fabricarlo a nivel industrial siguiendo los protocolos de fabricación y las normas GMP de controles pertinentes… 


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